viernes, 29 de agosto de 2008

Trastornos alimenticios en la adolescencia


¿Cómo puede verse afectada la conducta de los adolescentes con los cambios físicos y psíquicos que experimentan producto del periodo de transición de la niñez a la edad adulta?
¿Qué consecuencias puede traerles a éstos el manejar con dificultad demasiados cambios a la vez? ¿Qué tan graves pueden llegar a ser éstas consecuencias para el bienestar físico y mental de los jóvenes? ¿En qué medida puede verse afectada la alimentación de éstos producto de todos los cambios experimentados? y ¿Cuáles son los trastornos alimenticios más frecuentes que se dan entre ellos?

Sin lugar a dudas la adolescencia es una etapa marcada por muchos cambios físicos y psíquicos que experimenta todo individuo; y en la que se le ofrece a éste oportunidades para el crecimiento, no sólo en las dimensiones físicas sino también en la competencia cognoscitiva y social, la autoestima, la autonomía y la intimidad. No obstante, este periodo también supone grandes riesgos; puesto que algunos jóvenes tienen dificultades para manejar demasiados cambios a la vez y pueden necesitar ayuda para superar los peligros a lo largo del camino. Los adolescentes se ven enfrentados constantemente a diversos peligros, que de alguna u otra forma afectan su salud física y mental, y que impiden su desarrollo pleno. Entre los tantos peligros que enfrentan los jóvenes en la actualidad encontramos los denominados trastornos alimenticios.

El término “trastornos alimentarios” se refiere en general a trastornos psicológicos que comportan graves anormalidades en el comportamiento de la ingesta; es decir, la base y fundamento de dichos trastornos se halla en la alteración psicológica. Entre ellos, los más conocidos son la anorexia y bulimia nerviosas.
Son trastornos graves que afectan a las mujeres mucho más que a los hombres, preferentemente se presentan en mujeres muy jóvenes, son muchísimo más frecuentes en sociedades desarrolladas donde hay sobreabundancia de comida y en las que la cultura que predomina enfatiza la delgadez. Dichos trastornos suelen asociarse con psicopatología grave e interfieren en el funcionamiento normal de la vida social, de trabajo y de estudio (Rosen, 1990).
La anorexia y bulimia nerviosas son trastornos alimenticios que involucran patrones anormales de consumo de alimentos. La anorexia nerviosa se caracteriza porque la persona que la padece presenta un peso inferior al que sería de esperar por su edad, sexo y altura. El peso se pierde por ayunos o reducción extremada de la comida, pero casi el 50% de las personas que lo padecen usan también el vómito autoinducido, el abuso de laxantes y/o diuréticos y el ejercicio extenuante para perder peso (Fairburn y Garner 1986). Las anoréxicas tienen una imagen corporal distorsionada; aunque están constantemente a dieta y casi no comen nada, piensan que están demasiado gordas. Esta enfermedad supone una amenaza potencial para la vida.
En la bulimia nerviosa una persona consume grandes cantidades de comida en un tiempo corto y luego trata de deshacerse del elevado consumo de calorías induciéndose al vómito, mediante una dieta estricta o ayuno, practicando un ejercicio excesivo, tomando laxantes o diuréticos para purgar el cuerpo. Las personas con bulimia están obsesionadas con su peso y su forma. Las abruma la vergüenza, el desprecio hacia sí mismas y la depresión por sus hábitos alimenticios. Aunque la anorexia nerviosa es un trastorno más grave que puede producir la muerte, tanto ella como la bulimia causan graves alteraciones y déficits en el organismo.

Paola Zúñiga M.

1 comentario:

sonidos.matices dijo...

Esta muy bueno el artículo.Bastante completo,posee una buena síntesis del tema; se entiende y queda muy claro. Además ser un temas muy interesante y que gran parte de la sociedad deberíamos tener conocimiento.

Muy bueno!